CARTA A UNO DE MIS TRES AMORES

Zaragoza, 19 de Abril de 2010

 

Camino vamos ya de los 6 meses, en que tus padres y hermano no gozamos de tu presencia.

 

Esa tu ausencia que araña, que desgarra el alma, pero que a buen seguro a ti te ha proporcionado la paz, serenidad, y carencia de miedos de los que aquí nadie pudimos quitarte.

 

Decía que no gozamos  de tu presencia, pero sí de tu esencia, y de las grandes virtudes que tu persona nos dejó.

 

Nos enseñaste muchas cosas que lamentablemente por tu condicionate, no supimos todos disfrutar y que ahora nos hace sentir orgullosos del hijo y hermano que un día la vida nos regaló.

 

Sí Rubén, jamás la vida nos podrá ofrecer mejor dicha, que el haber compartido contigo esos tan pocos años (24) pero tan llenos de amor de los unos por los otros.

 

Ójala un día pueda disculparme ante ti por los momentos en los cuales nos pediste ayuda y, o no pudimos o no supimos otorgártela.

 

Quiero que sepas, que aparte de la fotografía que siempre llevaré en la cartera junto a mi corazón, en mi memoria siempre estará el recuerdo de ese último beso y abrazo que me ofreciste con todo  tu amor en tu despedida.

 

Gracias por ser nuestro hijo, nunca olvidaremos quien fuiste y lo que significaste para todos nosotros.

 

No me quiero olvidar de decirte, que tu madre, por la que tanto te preocupaste por su estado de salud, se va recuperando de su dolencia, y vuelve a sonreir y ser, como tú le decías “La alegría de la casa”.

 

Tu hermano, del que también y tanto te preocupaste por su preadolescencia, empieza a tener ese sentido común que tanto le demandabas.

 

En definitiva Rubén, todos te añoramos, pero a la vez nos sentimos felices de que tú allá donde estés te sentirás todo lo dichoso que tanto te mereces.

 

Te queremos.

 

El Jose, La Raspita y Raúl

 

Chema Benedí (El padre de Rubén)