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Asociación Aragonesa Madres y Mujeres ArcoIris

Carta de Guillermo para sus amig@s (6 de Septiembre 2008)

Meli desde Madrid, (la madre de Guillermo) nos envía esta carta que su hijo le transmitió después de dejar su cuerpo físico.

Grandes amigos y amigas,

 

Quería expresaros mi eterna gratitud con vuestras muestras de cariño hacia mi y hacia mi familia. Sé que no está siendo fácil para vosotros esta separación, pero sabéis que no estoy lejos, estoy muy cerca, mas cerca de lo que pensáis.

 

Quería explicaros, que me he dado cuenta de la cantidad de tonterías que he hecho en mi vida, y que no he sabido darme cuenta de las consecuencias que podían tener. Muchos de vosotros, como yo, vivís la vida acelerados. Es divertido hacerlo así. A mi también me lo parecía. Pero mirad lo que me ha pasado. Ya no puedo volver atrás.

 

Ahora pienso desde arriba si ha merecido la pena. Yo creo sinceramente que no. Vivir cada minuto a tope, arriesgando, y con todos los peligros que habitualmente nos rodeaban, ya sabéis a lo que me refiero, no ha merecido la pena, para nada.

 

Ahora por mis tonterías, he tenido que dejaros, y si pudiera volver atrás, cambiaría drásticamente mi forma de vivir. Os he tenido que dejar, que dejar a mis padres y mis hermanos, mi futuro, mi vida, posiblemente unos hijos y una mujer, y sino lo hubiera hecho ese 21 de Agosto, hubiera sido en otro momento. Arriesgaba continuamente, y ni siquiera sé, como hubiera acabado.

 

Sabéis que si no hubiera muerto, me hubiera quedado cojo para toda la vida? Aunque no hubiera tenido la mala suerte de morir, me habríais visto en silla de ruedas para siempre. Me rompí el fémur, y ya era irrecuperable.

 

¿Qué vida hubiera sido esta?

 

Me arrepiento de haberos contagiado mi exagerada forma de vivir, y os pido, en lo mas hondo de mi corazón, que recapacitéis, y penséis que nada de esto merece la pena.

 

Todos sabéis que no estoy escribiendo esto yo, personalmente, pero se lo he pedido a mi madre, que sabe y siente exactamente lo que siento y he sentido siempre, y la pido que me ayude desde allí a daros todo el soporte que necesitáis. No os creáis, está muy acostumbrada a saberlo todo y a sufrirlo en silencio. Nada la va a sorprender. Apoyaros en ella, que todavía le quedan fuerzas.

 

Solo deciros que estaré en todo momento a vuestro lado, y que esas fiestas que me estáis dedicando ahora, podéis hacerlo igualmente sin descontrol. Yo os ayudaré siempre.

 

Un abrazo a todos los que me habéis dado esta vida tan maravillosa. Y suerte y fuerzas en el futuro.

 

Os quiere eternamente,

Botella.

 

 

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