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Asociación Aragonesa Madres y Mujeres ArcoIris

El descanso de un guerrero

El descanso de un guerrero

Se va a cumplir un año desde que nos dejaste, de una forma tan inesperada y sorprendente que aún se nos encoge el corazón de pensar como pudo suceder. No es justo que te ocurriera esto, Alfonso Lacasa, cuando ya te tocaba disfrutar. Había llegado el momento del descanso del guerrero, un gerrero silencioso, altruista, familiar, tenaz, que nunca te dejabas notar, y pasabas desapercibido. No es justo que nos hayas dejado aquí con este vacío, esta tristeza que nos embarga y sobre todo a tu mujer e hijos, que se les esta haciendo muy duro y difícilmente superable, cosa que posiblemente no ocurra, pero ya sabes, estamos aquí todos juntos, familiares, amigos, conocidos, para hacerlo más soportable y llevadero. Dejaste un hueco en tu peña ciclista y tal es la estima que te tienen, que realizaron
un memorial con tu nombre, que resultó, como te puedes imaginar, muy emotivo. Solo nos quedan tus cenizas que reposan en la ermita de Nuestra Sra. de Izarbe (Anzánigo), sobre ti, y en la tierra que te cubre, crece el espliego, el romero, el tomillo... Ahí permaneces en el silencio de los días y las noches, del sol y de la luna, de la lluvia y la niebla, me imagino que esperando a todos tus seres queridos, que nó te olvidamos, que lo que más deseamos es verte de nuevo y darte un abrazo.


Mariano Aguas Jáuregui

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