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Asociación Aragonesa Madres y Mujeres ArcoIris

LA NAVIDAD

Hay que preparar la Navidad con el espíritu navideño.

La Navidad es la alegría de sentir que después de todo un año de tesón, de esfuerzo, de voluntad... ya es el momento de recolectar todo lo que hemos sembrado durante este año que está por terminar.

La Navidad es la satisfacción de los encuentros...con  los amigos... los grupos.. la familia, y con los seres queridos que ya no están en cuerpo físico, pero si están con su luz y con su amor. Y sobre todo es el encuentro con uno/a mismo; porque la Navidad, ante todo es el reencuentro con nuestro espíritu divino.

Jesús nació para ayudarnos, para darnos luz en nuestro camino y en nuestra vida.     Jesús nos enseñó durante su estancia en la tierra a conocernos, a saber el significado de la “Hermandad”, y a respetar a nuestros padres y amarlos.

Nos enseñó a reconciliarnos con todo lo natural; porque natural viene de Naturaleza viva y sabia.

Muchos  espíritus de la naturaleza nos dan mensajes y enseñanzas, y son los que se encargan  también de cuidarla  y de protegerla.

 

Los cuatro elementos de la Naturaleza

 

El aire: es acción, mente, dispersión, encuentros, turbulencias interiores y exteriores, es la limpieza y  la búsqueda de la verdad de cada ser vivo.

El aire es el oxigeno divino que nos mantiene con vida.

 

  • El agua: es la claridad de los pensamientos, de los sentimientos y de las emociones, que retornan y resurgen para aliviar y solventar patrones que de alguna forma nos obstaculiza en nuestro progreso espiritual.

El agua es sanadora, purificadora, recurrente y administradora de todo lo que nos ayuda a superarnos, y a encontrarnos con nuestra identidad elevadora en las esferas de luz y de amor.

 

  • La tierra: nos reconforta, nos fortalece y nos ayuda a restablecer el equilibrio entre el tiempo y el espacio, entre lo divino y lo humano; y por supuesto nos da alimento físico, spiquico y espiritual. También nos previene de los malos momentos, nos da seguridad y energía renovadora; porque la tierra son las semillas de lo sagrado y por lo tanto de lo Eterno.

 

  • El fuego: es  el calor que da la luz y la claridad que alumbra a nuestra alma para alabar a toda la Creación. El fuego  es expansión, alegría y nos ilumina para   encontrarnos con lo maravilloso del espíritu navideño.

         

     Jesús vino a la tierra para dejar sus enseñanzas...a través del verdadero amor.

 

            ¡FELIZ NAVIDAD! Y ¡PROSPERO AÑO NUEVO!

 Mª Rosa Peralta

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